Una «ventana de esperanza» se abre para las formas progresivas de la EM
A día de hoy no hay ningún tratamiento para tratarlas, pero cuatro ensayos en marcha buscan hacer frente a esta forma de la enfermedad
J. Caruncho | 10/11/2016
En los últimos años son muchos los avances conseguidos entorno a la Esclerosis Múltiple, cada vez se diagnostica y trata antes. Para la forma recurrente de la enfermedad -que cursa con brotes- los avances van a pasos de gigante y son muchos los tratamientos actuales modificadores de la enfermedad. No ocurre lo mismo con las formas progresivas que, debido a que hay menos información al respecto y todavía no se ha conseguido diferenciar genéticamente de las formas en brotes, todavía no cuentan con ningún tratamiento para tratarlas. Pero se está trabajando -y mucho- para conseguir avances en este campo y son ya varios los ensayos en marcha para plantar cara a la EM Progresiva. Así lo explicó el neurólogo Xabier Montalbán, jefe del Servicio de Neurología y Neuroinmunología del Hospital Universitario Vall d’Hebrón, durante las jornadas LinkEM celebradas la pasada semana en Madrid.
«Empezamos a abrir una ventana de esperanza para las formas progresivas de la Esclerosis Múltiple», avanzó Montalbán. Y es que hay varios ensayos clínicos en marcha para afrontar esta forma de la enfermedad. Concretamente son cuatro las líneas de investigación en las que se está trabajando, la más prometedora la que se está llevando a cabo en un ensayo en fase III con ocrelizumab, eficaz con formas progresivas primarias en comparación con el grupo placebo. «Parece haber un efecto positivo, y es la primera vez que ocurre tal cosa», comentó el neurólogo en declaraciones a los medios.
Y es que los esfuerzos en la investigación de las formas progresivas de la enfermedad se han redoblado en los últimos años. Y con motivo justificado. La Esclerosis Múltiple en brotes -que supone el 85% de los casos– cuenta ya con doce tratamientos registrados para combatirla, mientras que en la progresiva todavía no ha salido a la luz ninguno. ¿A qué se debe esta diferencia? «Los estudios son muy limitados y en las formas progresivas hay menos información en general», explicó el doctor Montalbán durante su ponencia en LinkEM, para añadir que todavía no ha sido posible diferenciar genéticamente la forma en brotes de la progresiva.
Pero en ello están trabajando los distintos equipos de investigación, que ya hablan de que estamos en el «buen camino» para hacer frente a la enfermedad, si bien dejan claro lo difícil que es tratarla en sus formas progresivas. Además, las investigaciones que hay ahora en marcha además de centrarse en la protección de las neuronas, también se centran en intentar recuperar aquellas que ya están dañadas.
Todo evoluciona en la buena dirección según los expertos. Ha habido un gran avance tecnológico en los últimos años que supone una mejoría en la detección y tratamiento de la EM. «Las resonancias nos han permitido entender el mecanismo de la enfermedad y monitorizar el avance del tratamiento en los pacientes», explicó el neurólogo del Vall d’Hebrón. «El hecho de diagnosticar de forma precoz ha cambiado las curvas a las que estamos acostumbrados, de discapacidad, de tiempo. Las están cambiando absolutamente por completo», aclaró en declaraciones a los medios.
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