Alberto Conde

 

ALBERTO CONDE (León) | 02/12/2016

Me llamo Alberto (@kond en twiter) tengo 33 años y aquí va mi historia:

Corría el año 2010 y yo tenia mi novia, mi salud y mi trabajo. Un día de verano empezó la pierna izquierda a no querer doblarse al subir una cuesta. No le di importancia y se pasó. Otro día, pasado un tiempo, sentía una rigidez en el psoas (lateral del abdomen mas o menos). Le di la importancia justa y se pasó.

Ya por diciembre la cosa se puso interesante entre vértigos y cojera puntual. Caídas al bajar a la cochera, al desactivar la alarma de donde curraba y así… Le di importancia, el médico de cabecera le dio importancia, tomamos medicinas y se pasó. Llegó enero y seguía a ratos mareado, a ratos cojeando y a ratos muy cansado y a instantes como viendo doble.

Es increíble la capacidad que tiene la mente humana para no ver lo problemas e intentar asociarlos a causas comunes. Que si cansancio por dormir poco, que si es por tantas horas de pie… ¡que leches en vinagre!

Total, que mi cuerpo no sabia ya como decirme que algo ocurría y decidió un ultimo intento: la diplopia.
Guiñando veía bien y hasta podía conducir… Pero nada, había que ir al médico.

Así empezaron todas las pruebas serias. Primero fui al oftalmólogo para ver si era algo del ojo. Si, inocente que era. Como no era cosa de ahí pues a por lo siguiente: el cerebro. Nos fuimos mi familia y yo a la consulta de un neurólogo recomendado por el médico de cabecera. La verdad es que nos daban cita para dentro de 3 meses pero en mi estado como que no era plan de esperar…

Este neurólogo resultó ser el jefe de neurología del hospital de mi ciudad y tras unas pruebas me dio una carta y me dijo que fuese a urgencias hospitalarias. Allí empezaron los bolos de corticoides, los potenciales evocados y en cinco días tenia ya una punción con el nombre de esclerosis múltiple.

Y así estaba yo, con 27 años y un diagnóstico de remitente recurrente. Pudiendo andar mareado hasta la cocina. Luego llegó marzo y por cosas de la vida me encontraba yo sin salud, sin dinero y sin amor. 2011 fue caótico.

En 2012 la cosa cambia: despierto y espabilo. Me voy a Japón 11 días y vuelvo con actitud cambiada. Fue recalcular el recorrido, como dice mi gps. Paso a paso reconstruyo los 3 pilares: salud,dinero y amor.

Evidentemente no me puedo curar pero si cuidarme, conocer mis limites y aprovechar los ratos buenos.
Trabajar, trabajé. La asociación de Esclerosis Múltiple de León (https://twitter.com/EsclerosisMLeon) me ayudó mucho a ello… y así pasaron los días.

Ahora estoy a un año de casarme,viviendo en otra ciudad y con una sonrisa cada mañana.


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