El diagnóstico de la EM fue, en parte, un alivio, igual que contárselo abiertamente a mis familiares y amigos. Lo primero es aceptarlo y hacerle frente con una actitud fuerte y positiva.
Me llamo Jacobo Caruncho y tengo Esclerosis Múltiple. Tú igual no la ves, pero me acompaña en mi día a día y me pone retos constantes. Pedir ayuda y tener una actitud positiva son mis mejores aliados.
Antes del diagnóstico no tenía vida más allá del trabajo y de velar a mis muertos. La EM me abrió los ojos. Mi sentido común reaccionó y pensé: tengo que vivir, disfrutar de cada momento.
Con la racha de un brote por año te sientes impotente y te frustras. A veces es difícil hacerle entender a los que te rodean lo que sientes, pero mi gran apoyo son mi familia y mi pareja
Cuando me dijeron que tenía Esclerosis Múltiple no pude ni reaccionar. Ha pasado un año y aún estoy en proceso de adaptación a los pinchazos, a la fatiga... pero luchando para superarme día a día
Mi sueño se esfumó con el diagnóstico. Ir a una asociación me ha ayudado mucho, no es malo pedir ayuda. Ahora he aprendido que el estrés es muy malo y que no puedes rendirte nunca
De pequeña soñaba con mi príncipe azul, formar una familia y triunfar en mi profesión. Con lo que no contaba era que la salud iba a fallarme, pero ahora la sonrisa es mi aliada